APRENDIENDO A VER Y DEBATIR EL CINE COMO SÉPTIMO ARTE.
9º ciclo
ORGANIZADO POR LA FEDERACIÓN DE ENTIDADES PROFESIONALES UNIVERSITARIAS DE TUCUMÁN.
Y AUSPICIADO POR EL COLEGIO DE GRADUADOS EN CIENCIAS ECONÓMICAS DE TUCUMÁN.
2º JUEVES DE CADA MES – 21,30 Hs.
Presentado por: Víctor Hugo Espinoza
EL CINE ES UN ARTE PARA VER, PARA APRENDER A MIRAR, PARA ENTRETENER, Y PARA PENSAR. EL CINE ES ARTE PARA TODOS.
El Director francés Truffaut, propuso que “el Cine es el placer de los ojos”; y el Filósofo Morín sugirió que “el Cine es un movimiento que valoriza la imagen”. El acto de hacer visible lo invisible, con imágenes sensibles que construyen realidades, es el medio que transforma el Cine en el Arte del Cine. El Arte del Cine está vinculado a la sugerencia de emociones, de sentimientos y realidades que van más allá de un relato, más allá de nuestra limitada capacidad de ver y entender.
El Cine-Debate brinda la posibilidad de enriquecer nuestro entendimiento del Arte del Cine, compartiendo imágenes y emociones de realidades percibidas por ojos propios y ajenos. En este espacio, al compartir nuestros valores éticos y nuestros goces estéticos, al intercambiar realidades, podemos adquirir una imagen más amplia de lo real. El desafío está planteado. Si el Arte del Cine nos vincula con lo real, entonces todo lo que no podemos ver o comprender en las películas tampoco lo podremos ver ni comprender en la vida. El tiempo de Debate y el Arte del Cine crean un espacio para indagar la existencia. De esto de trata un CINE-DEBATE.
Película a Exhibir
Jackie (2016)
Título original: | De battre mon coeur s’est arrêt |
Año: | 2005 |
Duración: | 107 min. |
País: | Francia |
Director: | Jacques Audiard |
Productora: | Why Not Productions / Sédif Productions / France 3 Cinéma / Canal + |
Guión: |
Tonino Benacquista
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Reparto: | Romain Duris, Aure Atika, Emmanuelle Devos, Niels Arestrup, Jonathan Zaccaï, Gilles Cohen, Anton Yakolev, Mélanie Laurent |
Fotografía: | Stéphanie Fontaine |
Sinopsis:
Tom tiene 28 años y está destinado a seguir los pasos de su padre en el sórdido y a veces brutal negocio inmobiliario. Pero un encuentro casual le lleva a creer que puede convertirse, como su madre, en pianista. Con determinación, comienza a prepararse para una audición con una virtuosa pianista china. Ella no habla ni una palabra de francés, la música es su único intercambio. Pero las presiones provenientes del feo mundo de su trabajo diario pronto se convierten en algo más de lo que puede manejar.
Jacques Audiard nos muestra a su protagonista como un tipo con conflictos internos muy claros, pero no pretende que empatices con él. Ton Seyr es un tipo violento que se reencuentra con una parte de él, la música y su talento para ella. Para seguir ese camino frustrado lo hace a través de otra conexión rota, una mujer con la que no puede comunicarse de otra forma que no sea con la música. Elementos como la pugna emocional con un padre que le heredó esa mala sangre, conflictos laborales que conviven con la violencia o el deseo por una pareja que parece inalcanzable, van sumando en una película cohesionada alrededor de su protagonista, a quien la cámara no abandona en ningún momento.
Jacques Audiard entrega un “héroe” que apalea gente para echarla de las casa que ocupan, y a la vez se apasiona a tal nivel con la música, primero como interpretar el piano y luego simplemente como vivirla que no conoce términos medios. Todo para Tom es violento, apasionado, febril. Audiard usa su lente para mostrarlo, Durais nunca esta tranquilo, nunca está quieto, su movimiento se ha convertido en su coraza emocional, la que se abre en momento de quietud cerca de las teclas blancas y negras, dejándose llevar y vivir por su herencia maternal ausente, la música.
Es en ese aspecto donde el pulso del galardonado Audiard se hace más notorio: en la construcción de un personaje perfectamente bien delineado. Manifiesta su alejamiento de la imborrable escuela francesa de la Nouvelle Vague, haciendo hincapié en los guiones y la capacidad de los actores para interpretarlos, y sin embargo, se acerca mucho más a ella al momento de filmarlos, cámara en mano, siguiéndolos, posicionándose de manera de comprometer al espectador con las emociones del contradictorio protagonista. Es el sello de este autor que no buscó ser cineasta, a pesar de haber nacido en cuna fílmica, el llevarte a sus historias, rara vez cómodas y situarte como si estuviera contándotela en un tono oscuramente cotidiano mientras sigues a esa persona con la mirada de reojo.
Parece poco satisfactoria la firma de autor que tiene el Director parisino de ya casi 65 años, le entrega a sus protagonistas ese testigo, en inmediato compromiso con el espectador y eso es un riesgo hoy en día. Pero vale la pena llevar esa carga a este lado de la pantalla, porque uno termina adivinando movimientos, detalles, pequeños giros dramáticos, que terminan por dejar en claro que saber lo que viene en las historias de Audiard no es su gracia, es que sea él quien te las está contando, a veces sentado en el asiento de al lado, con una comodidad aturdidora.
CINE DEBATE 2017
LUGAR Y FECHA DE EXHIBICIÓN
Salón de Actos del COLEGIO DE GRADUADOS EN CIENCIAS ECONÓMICAS DE TUCUMÁN
24 de Septiembre 776
JUEVES 10 de AGOSTO DE 2017 – 21,30 HORAS
ENTRADA LIBRE Y GRATUITA